Madame de Staël (escritora e intelectual francesa)
por Ana Alejandre
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Madame de Staël (1810), Simón de Gérard |
Hay personaje dentro del
mundo de la cultura y, especialmente de la literatura, muy desconocido para el gran
público, y entre ellos Madame de Staël destaca por su extraordinaria
personalidad y la gran influencia que tuvo en su época, cuando recibía en sus
salones a los intelectuales, artistas, políticos y nobles más céebres de su
época, además de por su condición de escritora de mucho éxito.
¿Pero quién fue Madame de
Staël? Su verdadero nombre era Anne
Louise Germaine Necker, nacida el 22 de abril de 1766 en París, hija de un
financiero, Jacques Necker, de
nacionalidad suiza, ministro de Luís XVI, y de Suzanne Couchod, también suiza y originaria del cantón de Vaud,
quien tenía un salón literario muy concurrido. Madame de Staël mostró, desde el
primer momento, una aguda inteligencia y buen criterio.
Contrajo matrimonio en 1786, con el
embajador sueco en Francia, Eris Magnus, barón de Staël-Holstein, del que tuvo
tres hijos. Este matrimonio no fue, sin embargo, el que la encumbró a la fama,
sino que el mérito fue propio y radicaba en su propia inteligencia que destacó
tanto en la literatura como en los asuntos políticos de la época, porque su
salón literario se convirtió en el punto de reunión de los intelectuales y
artistas franceses más afamados En 1788 escribió Carta sobre el carácter y
las obras de Jean-Jacques Rousseau,
por ser una apasionada lectora de los filósofos franceses del siglo XVIII...
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Benjamín Constant |
Durante la Revolución Francesa, apoyó
de forma manifiesta a Tayllerand, por lo que huyó de Francia, en 1792, a raíz de caer la
monarquía, para refugiarse en Suiza, país en el que creó y mantuvo un salón
internacional al que asistieron numerosos personajes de la vida cultural. Se
reencontró en allí con Benjamín Constant, a quien conocía de un viaje anterior,
y con quien mantuvo una relación sentimental conflictiva y tormentosa que duró hasta
1808.
Cuando regresó a Francia, en 1797,
conoció a Napoleón Bonaparte, por quien siente una gran
fascinación que no es correspondida por aquel, ya que recelaba de una mujer que
participaba de lleno en las intrigas política y palaciegas y, sobre todo, ante
la que se sentía inferior en elocuencia. Además, su amante se afilió a la
oposición a Napoleón, por lo que éste la condenó y, de nuevo, tuvo que
abandonar París, en 1803. A todo ello se suma el revuelo producido por la
publicación de su primera novela Delfine
(1802), obra en la que expone la necesaria libertad de elección de pareja y se
opone a las uniones de conveniencia, tan en boga por entonces, lo cual la
encuadra dentro del movimiento romántico.
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Madame Recamier |
En
este mismo año, 1802, enviudó, y volvió a contraer matrimonio con un joven
militar suizo, Albert de Rocca, apodado familiarmente John. Se estableció en Copper, al que trasladó su salón y al que
concurrieron los personajes más famosos de su época, desde Madame Recamier, Mathieu de Montmorency hasta
su propio amante, Benjamín Constant. Desde allí realizó
continuos viajes. Fue a Alemania, país en el que visitó a Goethe y Shiller, en
Weimar y Viena, además de que pudo conocer y editar al Príncipe de Ligne. De ese viaje
surgió su obra Alemania (1810), en
la que se advierte lo que ella afirma como el descubrimiento de la verdadera
“región del alma”. Admiraba en el ambiente alemán lo que tenía de opuesto al
materialismo que reinaba en la corte imperial francesa, por lo que
para ella el espíritu alemán representaba el ideal de toda magnificencia en su
propia austeridad. De su obra Alemania,
de la que se publicaron más de 10.000 ejemplares, Napoleón mandó que se
quemaran en su totalidad, aunque tres años más tarde fue reeditada en Londres,
porque algunos ejemplares escaparon inexplicablemente de la quema. Goethe
escribió admirativamente sobre dicha obra, sin ningún tipo de cortapisa.
De sus viajes y exilios, Madame de
Staël, va consiguiendo enriquecer su personalidad, dándole matices que unen su
adhesión al romanticismo con aires más cosmopolitas, lo que la convierte en una
escritora más cercana a los ideales de la Ilustración que a los propiamente
románticos.
Posteriormente,
en 1807, volvió a sufrir el exilio tras publicar Corinne o Italia, obra que estaba basada en la brillante carrera
artística y literaria de la heroína angloamericana Corinne, fue la obra más
famosa de Madame de Staël, y tuvo una gran influencia en todas las escritoras
de la época, a las que sirvió de aliciente y estímulo en su búsqueda y esfuerzo
de conseguir reconocimiento en sus trayectorias
literarias. Además, su influencia se extendió a todo el siglo XIX que la tuvo
como referente en cuanto a la narrativa se refiere.
Madam
de Staël fue una evidente difusora de las teorías del romanticismo a través de
sus obras, especialmente del título De la
literatura (1800).en la que existe un importante capítulo que trata de las
mujeres escritoras.
En
su obra se advierten los ecos
prerrománticos alemanes que habían llegado apenas a Francia, representados
por autores como Shiller, los hermanos Schlegel,
Ticek o Novalis, entre otros. Su admiración por los ideales revolucionarios
franceses eran evidentes, aunque ella tenía un origen aristocrático. Sin
embargo, a raíz en los sucesos que motivaron la etapa del Terror en Paris, tuvo
que optar por el exilio en 1792, como ya se ha dicho anteriormente, ya que era
partidaria de la monarquía constitucional.
Además,
existe otra nota predominante en toda su obra, como es el intento constante de
luchar por los derechos de la mujer que, en apariencia, parecían estar velados
por los propios principios de la Revolución Francesa, aunque no en la
práctica, porque los hombres seguían teniendo iguales privilegios que siempre,
copando todos los puestos que detentaban el poder, negándoselos a las mujeres, quienes seguían
en la misma situación de ciudadanas de
segunda clase y a las que se les reservaba el
ámbito doméstico como único escenario en el que pudieran desenvolverse..
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Luís XVI |
A pesar de estas limitaciones,
Madame de Staël, por su espíritu luchador y su capacidad de iniciativa,
carácter que parece ser influenciado en alto grado por la enseñanza recibida de sus padres, porque
no hay que olvidar que su progenitor fue destituido de su cargo de ministro de
Luís XVI, por haber tenido la valentía de denunciar el derroche excesivo de la
Corte, aunque el monarca le volvió a llamar para ocupar el mismo puesto, debido
a las pésimas circunstancias en las que se encontraban las finanzas reales,
aunque ya era demasiado tarde para conseguir arreglar el descalabro económico.
Por ello, no se advierte en esta autora esa especie de derrotismo que se
apreciaban en otras figuras del mundo cultural que también estaban fuertemente
influenciados por el espíritu del romanticismo.
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Napoleón Bonaparte |
Su
lema era que la libertad era necesaria, tanto en el ámbito personal y privado
como en el político, aunque no siempre fue comprendida y recibió muchas
críticas al respecto de personalidades de su época, como las vertidas por el
propio Heinrich Heine, poeta y escritor de fama universal, que aducía que todo
su afán libertario se debía a que no había sido correspondida por Napoleón
Bonaparte, por lo que sus escritos contra el emperador eran sólo la
consecuencia de haber sido rechazada y, por ello, escribía impulsada por el
despecho, lo que dicho escritor afirma
en sus Confesiones.
Esta
escritora es una figura representativa y singular, impropia de una mujer de su
época, que ilustra de forma extraordinaria el paso del siglo XVIII sl XIX, y va
marcando el camino desde la Ilustración y el racionalismo al romanticismo,
allanando el camino para poetas posteriores como fueron Baudelaire y al
simbolismo representado por Rimbaud
Otras
obras ensayísticas de esta autora son. De
la influencia de las pasiones sobre la felicidad de los individuos y de las naciones
(1796); De la literatura considerada en sus
relaciones con las instituciones sociales
(1800), y Consideraciones sobre los
principales acontecimientos de la Revolución francesa (1818) y la obra testimonial Diez años de destierro
(1821).
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