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CLARA JANÉS

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por Ana Alejandre                                                                                            Clara Janés Clara Janés Nadal , su nombre completo, poeta y traductora de diversos idiomas centro-europeos y orientales, nació en Barcelona el 6 de noviembre de 1940. Su padre fue el famoso editor y poeta Josep Janés i Olivé. Desde muy niña se sintió atraída por la poesía a raíz de haber leído las poesías de Santa Teresa de Jesús. Comenzó la carrera de Filosfía y Letras en la Universidad de Barcelona, donde fue alumna de José Manuel Blecua que imparte la asignatura de literatura y en ella estudió la obra de San Juan de la Cruz y Francisco de Quevedo, además de otros poetas de la literatura clásica española que aumentaron en ella su pasión por la poesía popular. Cuando tenía veinte años falleció su padre y se trasladó a Pamplona, ciudad en la que finalizó sus estudios universitarios que, después, complementó en la Universidad de la Sorbonne (París) donde estudió la Maí

Bibliografía de Clara Janés

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OBRAS                                                                                      Clara Janés Narrativa: Desintegración, 1969. Los caballos del sueño, 1989. El hombre de Adén, 1991. Espejismos, 1992. Espejos de agua, 1997. Memorias y diarios: Jardín y laberinto, 1990. La voz de Ofelia, Madrid, Siruela, 2005. Ensayo: La vida callada de Federico Mompou, 1975                                                   Cartas a Adriana, 1976. Sendas de Rumania, 1981. Cirlot, el no mundo y la poesía imaginal, 1996. La palabra y el secreto, 1999. Los árboles en las tres culturas (con Mercedes Hidalgo y Pablo Alonso), 2004. El espejo de la noche. A Vladimir Holan en su centenario, 2005. La vida callada de Federico Mompou, 2012. Orbes del sueño, 2013. PREMIOS Premio Ciudad de Barcelona 1971 Premio Ciudad de Barcelona de Poesía en 1983 Premio Nacional a la obra de un traductor en 1995 Premio de la Fundación Tutav, de Turquía, 1992 Premio Nacional de Traduc

Artículos de Clara Janés

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El signo del infinito y la felicidad                                                    Clara Janés (El País, 25/3/2006) Clara Janés Descubrir el significado de un dibujo puede ser tan apasionante como resolver un caso en una novela de intriga. ¿Qué simbolizan dos serpientes entrelazadas en un  gouache  hindú? ¿Qué relación hay entre el signo del infinito, el número ocho y la palabra noche? Una pregunta lleva a la otra y una obsesión, a la siguiente. Algunos dicen que el objetivo de la filosofía es conseguir que los seres humanos sean felices. Puede que la sabiduría de los números sirva de ayuda. Me despierto con una nueva palabra flotando en la mente: "nodulaciones", y es que me dormí con otra: "nodo". ¿Qué ha sucedido en mi cerebro durante las horas del sueño? Recuerdo que la tarde anterior, hablando por teléfono con Pablo Alonso, que ha publicado un libro donde interpreta los 42 signos enigmáticos de la Ventana de la Aparición del santuario de Caravac

ESTHER TUSQUETS

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BIOGRAFÍA Esther Tusquets, escritora y editora Esther Tusquets, escritora y editora, nació en Barcelona el 30 de Agosto de 1936. Cursó estudios en el Colegio Alemán. Posteriormente, estudia Filosofía y Letras, especialidad Historia, en las Universidades de Barcelona y Madrid, Su inicio laboral fue como profesora de literatura e historia durante varios años en una academia. Más tarde, al inicio de los sesenta, continúa con la labor de su padre como Directora de la editorial Lumen, cargo que ocupó durante veinticinco años, hasta  poco antes de su muerte, ejerciendo una gran influencia en el campo literario en los últimos años. Comenzó a escribir tardíamente, pues comenzó a publicar  en 1978 no aparece su primera novela " El mismo mar de todos los veranos ", con la que inicia una trilogía que continúa con " El amor es un juego solitario " (1979) ganadora del Premio Ciudad de Barcelona; trilogía que finaliza con " Varada tras el último naufragio&qu

Bibliografía de Esther Tusquets

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BIBLIOGRAFÍA                                                                                              Esther Tusquets Novela: El mismo mar de todos los veranos (1978) Juego o el hombre que pintaba mariposas (1979) La conejita Marcela (1979) El amor es un juego solitario (1979) Varada tras el último naufragio (1980) Recuerdo de Safo (1982) Para no volver (1985) Libro de Moisés : Biblia I, Pentateuco (1987) Después de Moisés (1989) La reina de los gatos (1993) ¡Bingo! (2007) Autobiografía: Confesiones de una editora poco mentirosa (2005) Habíamos ganado la guerra (2007) Confesiones de una vieja dama indigna (2009) Tiempos que fueron (2012), junto con Oscar Tusquets Cuento: Las sutiles leyes de la simetría (1982) Siete miradas en un mismo paisaje (1981) Olivia (1986) Relatos eróticos (1990) Carta a la madre (1996) La niña lunática y otros cuentos (1996) Con la miel en los labios (1997) Carta a la madre y cuentos completos (2

"Nosotras siempre somos más". Artículo de Esther Tusquets

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( El País, 1/11/ 2009) Esther Tusquets Esther Tusquets Desde siempre he sabido que las mujeres tenemos una vida más larga que los hombres. Lo oí desde niña, y también me explicaron que esto se debía a que las mujeres, dado que no trabajábamos (o, por lo menos, no trabajábamos fuera de casa, en profesiones estresantes y de responsabilidad), consumíamos menos energía y nuestro organismo sufría un desgaste mucho menor. Siempre lo di por bueno. En efecto, si una máquina se utiliza poco, tiene por lo general más duración que si está a tope muchas horas. Vivíamos más porque no dábamos golpe, y lo malo era que, al integrarnos cada vez más en el mundo del trabajo, íbamos a perder una de las pocas ventajas de las que disfrutábamos, íbamos a morir más jóvenes y nuestra longevidad se equipararía a la de los varones. Han transcurrido muchos años y las cosas no han ido por este camino. Cada vez son más las mujeres que trabajan -incluso en profesiones tan intensas y absorbentes

Demasiadas cosas prohibidas

15/5/ 2007 Esther Tusquets Comprendo que vivimos en sociedad, la mayoría de nosotros en grandes grupos, cada vez más hacinada la población en las ciudades. Y comprendo que, para que la convivencia sea posible, son precisas un montón de normas y de leyes, un montón de restricciones y de prohibiciones. Lamento, sin embargo, que, en lugar de aplicarlas con cierta flexibilidad, con un mínimo sentido común, ateniéndose a las circunstancias de cada caso, los agentes de la ley las apliquen con frecuencia a rajatabla, lo cual, qué duda cabe, hace más sencillo su trabajo. Y me llena de asombro que mucha de la gente que me rodea, lejos de aceptar estas prohibiciones como un mal menor, las acoja con entusiasmo intransigente, encantada de tener oportunidad de echarte una reprimenda o de denunciarte. Todo esto puede ser muy cívico y tal vez con el tiempo lleguemos a ser un país tan ordenado como Suiza, pero ¿no crea una atmósfera un poco asfixiante? ¿No resulta muy dura, al menos para los

Epílogo triste

 (El País  28/10/ 2008) Esther Tusquets A lo largo de varios meses las dos mujeres han entrevistado al hombre importante en su despacho de la Diagonal. Sentados los tres en unos amplios sofás de cuero muy claro, muy confortables, con una  coca-cola  o un agua mineral o una infusión ante ellos -abstemios todos, al menos a estas primeras horas de la tarde-, pendiente la primera mujer -a la que podríamos llamar la Historiadora, que sabe un montón de cosas y quiere averiguar más- de que funcione correctamente la grabadora, mientras va tejiendo preguntas y respuestas en un tapiz impecable, implacable a veces, y admirada la segunda mujer -a la que podríamos llamar la Escriba, que se siente a menudo un poco inútil por no intervenir apenas en la conversación- de la pericia de su compañera, y de la espontaneidad sin tapujos con que el hombre le responde. Sintiéndose un poco inútil, pues, pero tan cómoda y relajada que a punto está de quitarse los zapatos, cosa que ni se le pasaría por l